"En la visión simbólica, la naturaleza, incluso en sus aspectos más temibles, se convierte en el alfabeto con el que el creador nos habla del orden del mundo (...), la cosa no es lo que parece, es signo de otra cosa (...) el mundo es el discurso que DIOS hace al hombre". (Cita que María Natacha Koss hace en su ensayo teatral "El teatro y las artes plásticas" edición del Instituto Nacional de las artes, concurso nacional de ensayos teatrales "Alfredo de la Guardia", a partir del texto de Eco, Umberto "Arte y belleza en la estética medieval" Lumen, Barcelona 1977.
Sres del elenco Los Mostros: de mi consideración: fui espectador de la función del día 19/11. No soy asiduo concurrente al teatro por lo que mi poco entrenamiento como espectador no hará de esta una devolución interesante. Pero bueno, no todos los días te reciben en calzoncillos y te despiden de un espectáculo con cuatro gritos. Es esa parte del proceso creador lo que me llamó más la atención. La falta de una "buena" forma (mostrar cables, dudar del título de un acto por ejemplo), así como la construcción de precariedad (la cinta en el piso para delimitar el espacio de ficción) son propuestas seductoras aunque los televisores a mi entender deberían estar apagados para apreciar mejor la relación de los actores con las cámaras. O quizá encenderlos para que los espectadores manejen un rato (un ratito nada mas!) las cámaras y sean partícipes del proceso creador. Porque entonces la frase de Duchamp “Por qué hay que aguantar que los egos de los artistas se desborden y contaminen el ambiente?” que tan bien sirvió como disparador se muerde la cola como la serpiente y esa precariedad se vuelve sólida, ese lugar de intercambio se desmorona y nuevamente tenemos a los artistas creando y a los espectadores, obedientes, bebiendo vino, pinchándo un alfiler en la solapa, tomando un almohadón de la recepcionista con la promesa de devolverlo cuando todo termine y salgamos a la avenida Warnes, que a esa hora merecería ser una instalación de Duchamp. Muy buenos los trabajos actorales, los apartes en los rincones de las criadas son sutiles, la música en general está bien (el órgano es redundante). El director intimida, la ayudante tiene cierto candor en su agresividad y las otras dos chicas (que creo serán la directora y la operadora) aportan un lugar de tranquilidad, después de todo Judith esta ahí sentada y no anda, como dice la Biblia, cortándole la cabeza a Holofernes. Un gusto conocerlos Silvia Florio
La fotografía es una ¿técnica/medio? que es engañosa desde el mismo día de su invención. La elección del marco, aquello que estará incluido en ella y aquello que dejamos fuera, implica una verdad oculta hace mucho tiempo: la fragmentación de la realidad. Asimismo, cuando la realidad se nos presenta en forma de fotografía, siempre debemos cuestionar qué es lo que intenta el autor expresar, ya que él ha seleccionado una parte de su existencia, dejando al margen otra serie de contenidos. Lo interesante es averiguar esas razones. -Clau-
Gracias Clau! Y es así, los marcos son inevitables y la realidad solo puede reconstruirse reuniendo todos los fragmentos. ¡Vaya tarea! Sólo un Dios podría o ni siquiera.
Sres del elenco Los Mostros:
ResponderEliminarde mi consideración:
fui espectador de la función del día 19/11. No soy asiduo concurrente al teatro por lo que mi poco entrenamiento como espectador no hará de esta una devolución interesante. Pero bueno, no todos los días te reciben en calzoncillos y te despiden de un espectáculo con cuatro gritos. Es esa parte del proceso creador lo que me llamó más la atención. La falta de una "buena" forma (mostrar cables, dudar del título de un acto por ejemplo), así como la construcción de precariedad (la cinta en el piso para delimitar el espacio de ficción) son propuestas seductoras aunque los televisores a mi entender deberían estar apagados para apreciar mejor la relación de los actores con las cámaras. O quizá encenderlos para que los espectadores manejen un rato (un ratito nada mas!) las cámaras y sean partícipes del proceso creador. Porque entonces la frase de Duchamp “Por qué hay que aguantar que los egos de los artistas se desborden y contaminen el ambiente?” que tan bien sirvió como disparador se muerde la cola como la serpiente y esa precariedad se vuelve sólida, ese lugar de intercambio se desmorona y nuevamente tenemos a los artistas creando y a los espectadores, obedientes, bebiendo vino, pinchándo un alfiler en la solapa, tomando un almohadón de la recepcionista con la promesa de devolverlo cuando todo termine y salgamos a la avenida Warnes, que a esa hora merecería ser una instalación de Duchamp. Muy buenos los trabajos actorales, los apartes en los rincones de las criadas son sutiles, la música en general está bien (el órgano es redundante). El director intimida, la ayudante tiene cierto candor en su agresividad y las otras dos chicas (que creo serán la directora y la operadora) aportan un lugar de tranquilidad, después de todo Judith esta ahí sentada y no anda, como dice la Biblia, cortándole la cabeza a Holofernes.
Un gusto conocerlos
Silvia Florio
Gracias Silvio!
ResponderEliminarDe nada! Cualquier cosa ya saben.
ResponderEliminarLa fotografía es una ¿técnica/medio? que es engañosa desde el mismo día de su invención. La elección del marco, aquello que estará incluido en ella y aquello que dejamos fuera, implica una verdad oculta hace mucho tiempo: la fragmentación de la realidad.
ResponderEliminarAsimismo, cuando la realidad se nos presenta en forma de fotografía, siempre debemos cuestionar qué es lo que intenta el autor expresar, ya que él ha seleccionado una parte de su existencia, dejando al margen otra serie de contenidos. Lo interesante es averiguar esas razones.
-Clau-
Gracias Clau! Y es así, los marcos son inevitables y la realidad solo puede reconstruirse reuniendo todos los fragmentos. ¡Vaya tarea! Sólo un Dios podría o ni siquiera.
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